PEÑÓN AMENO

 


La montaña y los elementos, cuantas veces te marcas un recorrido, unas ascensiones y luego es la montaña y las fuerzas de la naturaleza la que decide; mediados del mes de Noviembre del año 2.020, nos acercamos al límite territorial con nuestros vecinos leoneses, concretamente al puerto de Ventana (1.586 m.), por motivos del confinamiento no podemos sobrepasar ese límite ya que estamos confinados en nuestra provincia, nuestro objetivo ascender tres cumbres: el Campu la Faya, Sobre el Tambarón y el Peñón Ameno.


Un frío infernal nos recibe en el aparcamiento del Puerto, el viento sopla con fuerza y la sensación térmica es muy inferior a los cero grados pese a ese sol que avanza lentamente sobre las montañas, las nubes sobre nosotros van a una velocidad inusual para unas nubes que seguramente desean permanecer más tiempo sobre nuestro territorio, pero el viento las fuerza a sobrepasarnos a una velocidad de vértigo.


Pertrechados con toda la ropa que llevamos en nuestras mochilas comenzamos a caminar por la pista que se dirige a Trobaniellu, abandonamos para tomar otra que asciende por las antiguas minas hasta el collado La Expriella, se agradece la llegada del sol que con el calor de la subida hace que podamos quitar algo de ropa, desde la ladera contemplamos los valles de la Babia leonesa y las cumbres del Macizo de Ubiña donde nos encontramos entre ellas el Colines o los Fontanes.


El sendero nos lleva a un nuevo collado, Cueñas Albas, desde allí contemplamos la preciosa Vega de Socellares (foto inferior), por donde tenemos pensado bajar y frente a nosotros la preciosa cumbre del Melluque. Desde aquí tomamos una senda que faldea esta cumbre y se dirige hacía la zona de los Huertos del Diablo, pero pronto dejaremos esa senda para coger otra que asciende a nuestra izquierda y que nos acerca a la que queremos que sea la primera cumbre del día: el Peñón Ameno.



Y cuando me encuentro faldeando de repente sobre una loma aparecen un par de rebecos, que a toda velocidad, como admiro a este animal, pasan a escasos metros de donde me encuentro, consigo hacer una foto de uno de ellos, casi volando sobre las rocas y espero, finalmente más calmados y lejos de nuestra presencia, se quedan mirando el valle y por allí se van.



Un profundo jou (agujero) se ubica en nuestro recorrido que pasamos sin muchos problemas, el viento sopla con fuerza y obviamos subir por alguna de las canales que encontramos por esta ladera, así que seguimos hasta una horcada que se encuentra entre esta cumbre y la de los Huertos del Diablo y desde la que contemplamos la segunda de las cumbres: Sobre el Tambarón.



Y aquí las rachas de viento son muy fuertes, tanto que hay que andar escondiéndose entre las enormes rocas que vamos a encontrando mientras damos la vuelta al Peñón Ameno para encontrar una subida más amable y no tan expuesta al viento y en un recodo esperamos, el viento sigue y hay que decidirse y comenzamos la subida casi arrastrándonos por la caliza, agarrados cuando las rachas son más fuertes.



Imposible hacer fotografías durante la subida, trepada tras trepada y con cuidad con el viento, conseguimos alcanzar la cumbre del Peñón Ameno (2.001 m.), el viento nos obliga a tirarnos literalmente sobre su cima y hacer el descenso por una canal menos venteada que rápidamente nos pone en una parte menos expuesta de esta cumbre. Ya abajo sigue el fuerte viento y pese a la proximidad de las otras dos cumbres desechamos seguir subiendo si no queremos acabar cayendo de alguna de ellas.


La montaña siempre está ahí para volver cuando lo deseemos, así que acertadamente iniciamos el descenso hacía la Vega de Socellares, buscando entre la caliza el mejor lugar para bajar, detrás de nosotros la cumbre que hemos subido (foto superior). Sobre nosotros las nubes pasan tan rápidamente que cuesta mirar para ellas 



Y alcanzamos la Vega, y allí el viento sopla con tanta fuerza que casi volamos sobre ella, el ruido sobre las cumbres es muy intenso y las nubes nos galopan a una velocidad endiablada, aún así hay tiempo para detenerse y buscar un lugar donde comer algo y descansar a cubierto en una cabaña en la Vega.



Asomamos al tremendo vendaval cuando dejamos el cobijo de la cabaña y acometemos la subida a un pequeño collado muy cerquita de la cima del Pico Beiforco por cuyas laderas descenderemos, o mejor dicho bajaremos empujados por un tremendo vendaval que nos zarandea a un lado y a otro de esta montaña pero sin peligro, afortunadamente, para nuestra integridad física. Finalmente volvemos a coger la pista que viene de Trobaniellu y por ella, protegidos del viento avanzamos hasta el Puerto de Ventana.


Día muy desapacible en lo meteorológico, mucho frío y viento intenso, como otras veces me ha pasado no siempre la montaña deja que la subas y hay que decidir y ellas siempre seguirán ahí para nosotros, me quedo con la agradable, pera mi, contemplación de esos dos rebecos pasando a toda velocidad tan cerca de mi, un animal al que admiro y mucho.




Comentarios

Paloma Robles Blanco ha dicho que…
Un recorrido muy guapo para coronar una cima con buen panorama. Me gusta mucho la nueva forma del blog en esta entrada. Un abrazo
Conchi ha dicho que…
Hola Carlos, con viento y frio el paseo ha sido un deleite para la vista. Gracias.

Abrazos.