LA METAMORFOSIS DEL MUNDO


"Nevada. La metamorfosis del mundo se realiza en silencio".

Heinrich Wiesner


No siempre puedes elegir las mejores condiciones para realizar un ruta, algunas veces la metereología es tan adversa que resulta complicado, hay que ser prudentes y sopesar hasta donde puedes llegar, ir equipado, llevar en la mochila los suficientes elementos que te permitan ser responsable de la actividad que realizas y salir a disfrutar. La meteo marcaba agua y a fe que acertó y bien con la predicción. Al comenzar en el Puente Güera uno tenia la sensación de que la montaña escupía todo el agua que le sobraba a borbotones con una fuerza descomunal.


El río Viboli también bajaba sobrecargado, el ruido era atronador mientras ascendía por la estrecha carretera en la que a un lado tenía el río, en lo que llaman la Foz de Andamios y al otro las aguas que se precipitaban ladera abajo del Forcau el Osil, entonando una melodía de agua y más agua bulliciosa que descendía hacía el río Sella.



Una vez sobrepasado este primer tramo del río y la primera de las foces dejo el cruce de la serpenteante carretera que asciende hacía Casielles y continúo siguiendo el curso del río para penetrar en una de las foces que más me gustan del Concejo de Ponga: La foz del Cándano. Siguen descendiendo por la ladera del Cabreal montones de cascadas que vierten sus aguas al río Viboli, este también nos deja alguna que otra preciosidad de cascada en su alocada carrera al Sella. Espectacular.


   

Así disfrutando del río y en este tramo sin lluvia hasta la curva de Les Mesties, allí dejo la carretera, por llamarlo de alguna forma, que se dirige al pueblo de Viboli y tomo la pista en este primer tramo hormigonada que asciende hacía la Collada Graneceno. Ya ascendiendo por la foz he podido ver la nieve sobre la Majada del Derrabau y el Jucantu, seguramente más arriba también la encontraré.


Al poco de empezar a subir me salgo del camino para acercarme a la riega de Porciles también conocida como Calveta (fotografía superior) para disfrutar nuevamente de la belleza del agua descendiendo atronadora en este caso buscando el río Viboli. Dan ganas de sentarse aquí y quedarse arrullado por el sonido del agua. Me encanta.



Continuó ascendiendo por el camino en dirección a la aldea abandonada de Brañey, las hayas en este primer tramo continúan con la hoja otoñal en en sus ramas, el bosque esta teñido de colores que apenas se aprecian,falta la luz del sol, sigue sin llover, pero no tardará. El ganado desciende por el camino, la nieve las empuja abajo y me cruzo con bastantes vacas en este primer tramo de camino.




La Sierra de Miesca tiene una buena nevada, compruebo que la nieve está sobre los novecientos metros, me tocará pisarla, seguro. Continuo ascendiendo y paso Brañey, cuantas aldeas como esta en este Concejo tan hermoso. El río Suergu que contemplaba desde las alturas se acerca un poco más al camino y me permite disfrutar nuevamente del agua bulliciosa y del bosque que compite a hermosura con el agua.



Comienza a llover y el ganado baja empapado, supongo que ellas opinarán lo mismo de mi, el agua desciende por mi anorak e intenta colarse por algún rincón, de momento es imposible pero persistirá. El camino se tiñe de marrones, las hojas caídas de los árboles lo tiñen, pero aún quedan muchas en las hayas.

  



Mi cámara comienza a protestar, ella no va tan preparada como yo, el agua a veces perturba a la fotografía, pero como no hacerlas, todo es tan hermoso, el río Suergu, el manto del bosque, las hayas con sus complicadas y alocadas formas, todo es belleza aunque llueva.




Me he salido del camino tantas veces, busco las riegas laterales como la del Calabornial que baja preciosa. Sigo subiendo entre bosques a mi derecha el Monte los Nevarinos, a mi izquierda el del Pedrosu, ambos montes compiten a belleza, a que haya es la más guapa, la más coqueta, la más complicada. Algunas de estas hayas pasan de los doscientos años, un árbol que me fascina por muchos motivos.



A medida que subo los árboles presentan menos hojas, el suelo esta más cubierto de ellas y la temperatura baja, me voy acercando a la nieve, la lluvia persiste y en algún momento me golpea en forma de granizada, pero es poco tiempo. Sigo subiendo y dejo el río Suergu y el Monte del Pedroso para penetrar en el Monte el Carrascal y allí esta la nieve.


Y la piso por primera vez, casi recién caída, cubre con su manto blanco las marrones hojas del camino, las oculta y voy dejando mi huella a media que asciendo hasta Granceno, comienza a nevar y el viento empuja la nieve precipitándola contra mi cuerpo, la temperatura desciende y hay que seguir caminando, mi cámara se oculta bajo mi cuerpo y se niega a fotografiar, yo sigo subiendo y sobrepaso la collada tomando el camino que se dirige a Bedules, no esta para más.



Vuelvo a cruzar el Monte los Nevarinos esta vez por la parte superior, completamente nevado, la belleza es indescriptible, el otoño y el invierno se han fundido en ese amor que sienten el uno por el otro y hoy se han encontrado para celebrarlo y me han dejado disfrutar de este momento, sigue nevando pero ya no hay viento, me gusta este silencio de la nieve cayendo.



Me salgo del camino hasta la cabaña de Argayu, desciendo un poco por la ladera hacía el bosque, los acebos se cubren de blanco, las hayas portan la nieve majestuosamente, como si se tratase de una gran capa que las adorna, subo de nuevo al camino y sobrepaso la Biforcadera camino de Bedules, allí vuelve a arreciar la ventisca y desaparece la nieve. Hay que seguir bajando.


Desciendo rápidamente por el camino que baja a San Juan, el agua de la lluvia y la que cubre el camino me acompañan durante el descenso, mi cámara se niega a seguir fotografiando, la obligo, n ves que se ve parte del Tiatordos y muy vagamente hace estas dos fotografías, la superior y la inferior, tanta agua....



El camino me desciende hasta San Juan de Beleño, miro mi reloj y han pasado seis horas y algo más de diecisiete kilómetros desde que salí del Puente Güera, mi ropa esta empapada pero mi cuerpo seco, la ropa ha aguantado la lluvia. Al llegar a la plaza deja de llover, intenta despejar hacía la Taranes, me quedo mirando los bosques, aquí sigue el otoño.



Gracias


Comentarios

La Biosfera de Lola ha dicho que…
Preciosas fotos Carlos, conozco este lugar muy bien, años atrás fuí mucho. Besos.
maluferre ha dicho que…
Da frio ver las imagenes, pero son preciosas. Un saludin