DE VEGARREDONDA A VEGABAÑO
La noche se pasó muy rápida y con las primeras luces del día comenzó el ajetreo en el refugio, me gusta ver amanecer subido a los riscos, viendo como el mar de nubes se sostiene sobre estas montañas y el sol comienza a iluminarlas, pronto nos llaman para el desayuno, el día va a ser largo y exigente, tanto como bello y espectacular y es que nos vamos a adentrar en el mundo calizo de estas montañas del Cornión que vamos a atravesar desde el refugio de Vegarredonda donde nos encontramos hasta el de Vegabaño (León) en el que dormiremos. Tercer día sumergios en la magia del Macizo Occidental de nuestros picos de Europa.
Uno presupone al llevar ya varios días en la montaña que la mochila vaya aligerando de peso, no se muy bien el motivo pero la mía cada vez es más pesada, tal vez se alimente de lo que a mi me va sobrando o engulla deliberadamente piedras mientras reposa solitaria de mi espalda por las noches. El caso es que me la cargo y tras repostar bien de agua en la fresca fuente del refugio iniciamos la marcha en dirección al antiguo refugio con la sombra y el frescor de las montañas y con las nubes cubriendo la inmensa totalidad de lo que contemplamos de Asturias.
El camino, nuestro camino, el que vamos a seguir no deja de subir por la conocida como Llampa Cimera, tiempo nos da para detenernos y contemplar como el refugio va quedando más y más pequeño en este inmenso mundo de montañas, nuestro destino será el sol, o más bien llegar a el en dirección al Porru Bolu (foto inferior), aunque antes habremos dejado de lado el cruce que nos tienta hacía el Jou Santu y que obviamente obviamos para seguir por nuestro destino, largo destino el de hoy.
El día a estas horas parece largo, largo por la cantidad de horas de luz que aún quedan, apetece elevarse sobre una de estas montañas y quedarse allí, como este montañero que ajeno a nuestro caminar se sienta tranquilamente sobre la roca, las vistas son para eso para sentarse y quedarse ahí o para disfrutar tranquilamente de las idas y venidas de nuestros amigos los rebecos. Por tercer día aparecen, se muestran, posan, disfrutan placidamente del inmenso mar de nubes.
Ellos son la excusa perfecta para detenerme e intentar que el aíre llegue a mis pulmones, el camino exige, siempre en subida atravesamos el Llanu Los Pozos para seguir subiendo por la cuesta de Cebolleda hasta el Collado de Les Merines y allí en el frescor de la hierba detenernos. Allí mi segunda excusa, las flores, me maravilla encontrarlas a esta altura, la belleza de la "siempreviva" (foto inferior) destaca enormemente sobre el resto, aunque no desmerece cualquiera de las muchas que iremos encontrando en este mundo de poquita agua y mucha altura.
Un poco por encima del collado un rebeco sentado sobre el prado como nosotros contempla en la lejanía el lago Ercina y un poco más allá la inmensidad de las nubes que cubre nuestra querida Asturias. Hay que seguir y seguimos...
Nuestro camino nos llevará a la primera de las dos fuentes que encontraremos en esta larga ruta, hasta aquí hemos bebido poco pero hay que llenar las botellas y en la "Fuente Prieta" el agua fría hace las delicia de los que hasta aquí llegan o de los que se quedan a vivaquear, un nuevo cruce de caminos, de frente hacía la horcada de Santa María y a nuestra derecha el camino que debemos de seguir hacía Vegabaño.
Hoy no acometeremos ninguna subida, la ruta es exigente,con continuos trepes y destrepes, aunque montañas como La Torrezuela (foto superior) incitan a ser ascendidas; nuestro camino discurre por este inmenso mar de piedra caliza, que nosotros vamos a flanquer por un camino sembrado de piedras pero con buenas trazas de camino y marcas amarillas que te van guiando en este caos de piedra.
Y una vez rodeada esta preciosa montaña contemplamos el enorme Jou (hoyo) de las Pozas, al que bajaremos y en el que aún quedan bastantes neveros y que servirán para refrescar nuestros cuerpos de un sol que no tiene piedad de nosotros. Con calma iniciamos de nuevo el ascenso de este enrome agujero que cierran cumbres como los Estribos, la Torre de la Cabra Blanca, el Diente o la Carita Cimera.
Salimos del Jou por la Horcada de la Pozas en dirección a la Aguja de Corpus Christi, el calor es muy intenso y apetece encontrar una sombra y esta preciosa aguja nos dará ese frescor, aprovechamos para comer algo y disfrutar contemplando como dos montañeros descienden tranquilamente por las paredes de esta aguja. Las flores siguen apareciendo aprovechando cualquier resquicio en la roca y el frescor que les dan estas montañas. Maravillas de la naturaleza, belleza en este mar de roca.
Retomamos el camino, flanqueamos un terreno más amable que nos llevará hasta un refugio no guardado el de Vegahuerta, desde aquí ya tenemos vista de algunas cumbre del Macizo Central. El camino nos desciende hasta las proximidades de este refugio en cuyas cercanías encontraremos la segunda fuente de la ruta, el agua baja fría y nuestras gargantas agradecer su frescor, ellas y nuestras cabezas que se cuelan directamente debajo del abundante chorro de agua. Un poco más abajo un joven rebeco me observa con la misma curiosidad con la que yo le miro. Precioso.
Dejamos el refugio y el frescor de la fuente para retomar el camino que nos llevará hasta el Camino (valga la redundancia) del Burro, curioso nombre para este camino que pasa entre dos grandes Jous, el del Caballo Cimero a nuestra izquierda y el de Argueyes a la derecha en el sentido de la marcha. A lo lejos contemplamos como las nubes intentan colarse en el Macizo, esperemos que no, este tramo es algo caótico y aunque hay alguna marca es mejor hacerlo con el día despejado.
El sendero remata en un collado que como no podía ser de otra forma es conocido como Collado del Burro y hasta aquí toda la subida, desde este collado toca descender, teniendo en cuenta que la ruta son unos 1.429 metros de subida y 1.573 de bajada hasta Vegabaño, queda una buena bajada!!!.
Y después del collado se inicia la más temible, tal vez por la mucha piedra que acumula y lo pindia que es, el sendero nos introduce en la Canal del Perro, curioso nombre para esta canal en la que hay que bajar con mucho cuidado de no resbalar y acabar cayendo ladera abajo. La canal es larga y esta cargada de pequeñas piedras, con paciencia y lentamente....
... parando con la escusa de una fotografía a la montaña, a las nubes que cada vez están mas cerca o a las mariposas que se entretienen en alguna que otra planta que encuentran, descendemos la canal del Burro, en la fotografía superior podéis verla entera, ahí es nada!!!.
Llegamos a una crestería, entre la niebla que nos rodea y que se agradece, que divide las aguas del Cares y el Dobra y que es conocida como Collada del Frade, por debajo nuestra entre la niebla queda el refugio el mismo nombre y que es propiedad del ICONA. Continuamos por la cresta sin descender al refugio en dirección a la Horcada Salambre siempre en descenso hacía el Collado El Cueto.
Y nos sumergios en la magia del bosque, el camino se interna en este espectacular bosque por el que desciende el río Dobra, aquí también encontraremos una fuente con la que no contábamos y que sirve para refrescarnos de la larga ruta. El bosque no deja rincones espectaculares como el inmenso roblón, las ricas arandaneras que nos regalan sus frutos y la belleza singular de cualquiera de los rincones hacía donde mires. Seguimos descendiendo hasta la Vega de Salambre donde cruzamos el Dobra por un pequeño puente de madera.
El terreno llanea y en muchos tramos se encuentra encharcado y hay que pasar como buenamente se puede entre el agua, aunque es fácil de seguir los jitos ayudan a encontrar el buen camino que se dirige a Vegabaño y que no lleva a cruzar un arroyo de nombre Turégano ya muy cerquita de nuestro destino final.
En esta fotografía se puede ver el descenso desde la collada y el bosque que hemos recorrido, la parte superior de las montañas ha quedado sumergida entre las nubes. Recorremos los últimos metros que nos separan del refugio en el que pasaremos la noche, la ruta ha sido larga, pero muy hermosa, según los datos de mi gps, fueron 18,36 kilómetros y 10 horas y cincuenta y un minutos sumergidos en la belleza de este Macizo Occidental de los Picos de Europa. Hermosa paliza, muy hermosa.
Tercer día de ruta, mi mochila sigue sin perder peso, a la espera de la reparada cena del refugio contemplo la belleza de la Peña Beza (foto inferior), una montaña que tuve la suerte de ascender, muchas han sido las veces que he estado en este entorno y siempre me quedo impresionado por estas montañas y bosques de nuestra vecina provincia de León.
Después de la cena salgo del refugio, bajo lentamente por el sendero que se interna en el bosque, silencio... mañana será otro día.
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Besos
Un abrazo.