LEBEÑA


   Nos detenemos en este pequeño pueblo del municipio cántabro de Cillorigo de Liébana por el que hemos pasado tantas y tantas veces camino de Potes o de Fuente De y lo hacemos para admirar su iglesia prerrománica de Santa María, una de las iglesias más representativas del arte mozárabe en España declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural; pero también para recorrer y disfrutar del pueblo de Lebeña. situado a 259 metros de altura a orillas del río Deva y en pleno Desfiladero de la Hermida.


   Cuenta la leyenda que los condes de Liébana, Alfonso y Justa, construyeron este templo en el año 925 para alojar en el los restos de Santo Toribio. El conde, al frente de sus mejores hombres entró en el monasterio dispuesto a llevarse por la fuerza las reliquias. No hizo caso de los ruegos y protestas de los monjes y ordenó que rompieran el sepulcro del santo, cuando empezaron a golpearlo quedaron todos ciegos. Pidió clemencia a los monjes y estos consiguieron que el conde y sus hombres recuperaron la vista. En agradecimiento, el conde donó todas sus posesiones de la zona al monasterio, entre ellas la iglesia de Santa Maria de Lebeña. Es una iglesia de estilo "mozárabe" o "de repoblación" pues en ella se dan las tres influencias que definen este arte: asturiana, visigoda y musulmana. Consta de iglesia de tres naves, pórtico lateral meridional y torre campanario. El edificio de la iglesia de Santa María de Lebeña se compone de tres naves; la central, más ancha y de una mayor elevación que las laterales. En el recinto exterior, y separada de la iglesia, se construyó una torre en el año 1896. También podemos un ejemplar de tejo, del que ya solo queda un trozo de madera, tenía una circunferencia en la base de tres metros y un diámetro de más de ocho metros en su copa y estaba catalogado con el número 10 en el Inventario de Árboles Singulares de Cantabria.


   Y absortos por la belleza de la iglesia prerrománica de Santa María, comenzamos a ascender hacía el pueblo, situado en la parte alta de la montaña y rodeado de montañas lo voy recorriendo lentamente, disfrutando de la espectacularidad de estos pueblos cántabros por los que siento una especial admiración, estrechas calles, casas construidas en piedra, madera, tejados de teja y flores, flores que adornan fachadas, balcones y ventanas, como ir más rápido , son muchos los detalles que el paseo nos va dejando: puertas, ventanas, leñeras, fachadas cubiertas por hojas ya otoñales; todo ello envuelto en el entorno natural privilegiado, un lugar ideal para descansar o para disfrutar de la naturaleza. 






Comentarios

El tejón ha dicho que…
Me alegro que lo visitarais, sabía que os iba a gustar.
Imagino que la subida a la braña los tejos la dejaríais para mejor ocasión.
Un abrazo.
Ah, y una recomendación, otro día tenéis que ir a Santa María de Piasca.
VENTANA DE FOTO ha dicho que…
Además de su hermosa arquitectura, se une el maravilloso entorno que rodea esta iglesia.

Besos
Sara ha dicho que…
Gracias por descubrirnoslo, lo disfrutamos mucho juntos y además ahí nos quedó algo pendiente ¡ya sabes!hay que volver.
Y es que nuestro Norte es" maravillas continuas por descubrir y disfrutar" otra joya Cántabra para mi saquito de lugares mágicos.
Abrazotedecisivo amigo