COMIENZO Y FINAL DE UNA VERDE MAÑANA

Durante días languideció en débiles maullidos mientras contemplaba subido a su sillón favorito como la lluvia golpeaba con violencia la ventana empujada por un fuerte viento que a la vez amenazaba con derribar los fuertes muros de piedra de la casa. Así amaneció, un día y otro y otro más en una primavera descompensada en la que las flores se marchitaban con el frío y el sol era algo de lo que ya pocos se acordaban. Cuentan que así fue hasta que un día su maullidos despertaron a los pocos que aún quedaban en la casa, asustados le abrieron la puerta y le vieron salir ronroneando para meterse entre las altas hierbas y allí se echó, al calor del sol, en lo que fue el comienzo y el final de una verde mañana primaveral.