AUTODETENCIÓN

   Quién no ha soñado alguna vez con detener el tiempo. Detenerlo justo en ese instante en que no quieres que el tiempo se vaya o siga corriendo. Este fue uno de esos momentos, he tenido otros muchos, pero ese día contemplaba en la cima de una montaña un precioso atardecer. La luz del sol iba cayendo sobre las montañas y las coloreaba con suaves tonos anaranjados. A mi espalda la niebla que no había sido invitada a contemplar el espectáculo, tal vez envidiosa de ello comenzó a ascender rápidamente. Justo en ese instante pensé, ¿por qué no se detendrá el tiempo alguna vez?. Yo hubiera detenido la niebla y me hubiera quedado sentado durante horas, días o semanas para simplemente disfrutar de ese momento en el que el sol iluminaba el collado y las cabañas y los árboles y a mí. Pero la niebla continuó subiendo y el sol se ocultó detrás de la montaña y finalmente el sol, el collado, las cabañas, los árboles y yo, quedamos sumergidos en la envidiosa niebla. ¡¡¡Feliz fin de semana!!!.