ME CONTÓ QUE LE CONTARON
Me contó que le contaron que una fría mañana de un mes de abril su madre se puso de parto mientras atendía a las vacas en el establo. Uno de sus doce hermanos, no le dijeron cual de ellos, por indicación de su madre salió corriendo prado abajo, asomando su cabeza entre las altas hierbas en busca de su padre. Este ante los gritos de su hijo paró la yunta de bueyes, frunció el ceño y sin ninguna prisa salió a su encuentro, cogió al niño de la mano y subieron prado arriba tan rápido como pudieron. Mientras, en la casa su madre cruzaba el patio apoyada en los débiles brazos de dos de sus hermanas, subieron por las escaleras y como pudieron la echaron en la cama.
La mayor salió corriendo, bajó las escaleras y entró en la cocina a calentar agua, lo había echo más veces, vio a sus hermanos que asustados la miraban y les acompañó fuera, entró de nuevo y casi al instante la puerta se abrió bruscamente, era el padre que sin decirle palabra cruzó delante de ella, subió las escaleras y entró en la habitación, justo en ese instante la madre soltó un chillido que rompió el silencio de la casa, ladró un perro y los pájaros dejaron de trinar. El llanto de un niño rompió de nuevo el silencio, la hija cortó el cordón umbilical y se lo pasó a su padre, este lo cogió y lo abrazó contra su pecho, se le entregó a la hermana que había subido con trapos limpios y esta lo envolvió en ellos. La mayor que ejercía de partera lanzó un grito al ver salir de las entrañas de su madre una cabeza pelirroja, lentamente se abría paso al mundo mientras la madre gritaba y el padre solo podía sentarse en una silla.
Finalmente el niño emitió un leve gemido y abrió sus ojos verdes. La madre rota de dolor apenas tenía fuerzas para abrir los ojos y ver a sus dos nuevos hijos, el padre sentado en la silla, tenía la cabeza entre las piernas, las hermanas se miraban y a la menor de sus ojos le caían lágrimas, el perro ya no ladraba y ahora los pájaros trinaban alegremente. Me contó que le contaron que a los pocos días de su nacimiento le entregaron a una familia de una aldea muy lejana que no tenía hijos y que jamás vio a su madre, ni a su padre, ni a ninguno de sus trece hermanos.
Comentarios
un gusto
No puedo ni imaginar el dolor que sentira una madre al tener que desprenderse de su bebe para toda la vida!
Un abrazo!
Tú...la has contado preciosa.
Abrazotedecisivo y pasa muy buen Corpus, aquí estamos de fiesta.
She, lo primero darte la bienvenida y gracias por tu comentario, bueno el relato es así duro, aunque reflexivo. Espero tu regreso. Saludos.
Elena, un dolor que seguramente llevó hasta el final de sus días, semejante al dolor que tuvo por cada hijo que le fue muriendo de hambre, enfermedades o al nacer, pero eso ya es otro relato.... un abrazo.
Sara, ciertamente es así, pero en esa época dura de antes de la guerra, las familias humildes tenían muchos hijos, muchos morían al nacer, otros de hambre, enfermedades, muchas familias "cedían" a sus hijos a familias con más recursos sin hijos o simplemente para que trabajaran para ellos, una época dura y mucho. Una historia muy nuestra como tu dices. Feliz fiesta del Corpus y que lo paséis bien.