EL BAÑIN DE LA MAÑANA...
. .. los charcos que dejó la lluvia de la noche parecían pequeños lagos esparcidos por el camino a la luz del atardecer, un tímido sol invitaba a disfrutar de un paseo dejándose mecer por el calor de sus rayos, no era el único habitante del bosque (así me declaro, aunque mi presencia en él siempre sea temporal) que disfrutaba a aquella hora del sol, media docena de carboneros comunes (Parus major) se entretengan cantando sobre las desnudas ramas de los hayedos, de repente uno de ellos, dejó el canto y sumergió su precioso plumaje en uno de aquellos charcos que a mí me parecían lagos, y así estuvo un buen rato disfrutando del agua para volver a subir a la rama y entonar ese hermoso repetitivo chi-chipán, anunciando el principio de la primavera. Música