LOS LARGOS DÍAS DE CONFINAMIENTO
"Existe una palabra para definir
el momento en que fantasía y realidad se mezclan: locura".
Laia Soler
Yo a mis botas las subí al trastero como el catorce de marzo, ellas como yo empezaron el confinamiento unos días después, bueno como todos o casi todos en este país y en otros muchos países de este precioso planeta, desde ese día solo había subido un par de veces hasta allí, tengo dudas si me salté mi confinamiento, tal vez un trastero no esté tipificado como "domicilio" pero si he de confesar confieso que si, me lo salté, dos, bueno tres veces y también ayer, ayer subí de nuevo, me pareció escuchar un susurro de voces justo al llegar, pero pensé, no, no puede ser, ninguno de mis vecinos se saltaría el confinamiento, están todos en sus casas, quien va a venir hasta aquí, al irme acercando comprobé que aquellas voces venían del interior de mi trastero, agarré la llave con más fuerza, no se muy bien con que intención y la introduje en la cerradura sigilosamente, ¿tal vez alguien había decidido realizar parte de su confinamiento dentro de MI trastero?, y allí estaban mi botas en plena discusión con mis otras botas de montaña, las de invierno y unas viejecillas que pasan sus últimos días en la residencia de botas que es mi trastero, discutían sobre las montañas que habían subido cada una, mis botas de invierno les decían: "tú hablas, tú hablas, si no has pisado ni nieve" y mis actuales botas respondían: "si a vosotras hace meses que ni os saca", yo perplejo no sabía si abrir la puerta del todo o seguir escuchando la discusión, así que entreabrí un poco la puerta y dije: "a todos nos está volviendo loco este confinamiento, pero por favor no me metáis estos sustos"; santo remedio, las tres se callaron a la vez y fue entonces cuando escuché pasos detrás de mi y al girarme vi a otro vecino "insolidario" que me miraba con los ojos desorbitados y me decía: "a mi también, a mi también y mucho".
Posdata, la fotografía es de la última vez que subí al Pico Pierzu en Ponga,
en aquellos lejanos tiempos en los que aún eramos libres de pisar y de pensar
Comentarios
Abrazos.
Besos
Un abrazo.
Ya queda menos para que te vean tus rebecos, Carlos...ya queda menos:)
Un beso