PIEDRA SECA
“Sin la tradición, nuestra vida sería tan inestable
como un violinista en el tejado”.
Norman Jewison "El violinista en el tejado"
No tengo muy claro el día que la vi por primera vez, lo que si se es que ya de eso ha pasado bastante tiempo, siempre me gusta desviarme del camino y bajar un poco por el prado hasta encontrarme con ella, allí en la majada con su melena al viento, sigue su lucha incansable contra el tiempo y los elementos; la única superviviente de un hermoso conjunto de cabañas en la majada de Caldes en el Parque Natural de Ponga, hoy ya Reserva de la Biosfera. Una de esas construcciones herencia de nuestros antepasados que fue construida con la técnica de la piedra seca, levantando la pared sin usar ningún tipo de argamasa o mortero, aprovechando el peso de la piedra para estabilizar y dar solidez a la pared. Piedras que no eran modificadas, usadas tal cual fueron encontradas, por manos expertas que las conjugaban, manteniendo un vínculo con el entorno donde eran construidas, manteniendo una estrecha vinculación con la naturaleza.
Y así piedra sobre piedra se levantaban las paredes, seleccionando las partes más lisas de la piedra para la parte externa y las más irregulares mirando al interior de la construcción. Como tejado se colocaban también piedras, conocidas como llábanas (bloques de piedra planos y no muy gruesos). En ella se asienta ahora la cubierta vegetal que vemos en la fotografía, el musgo que aún la embellece más y la hierba que crece en su superficie.
Como aquella primera vez, sigo deteniéndome cada vez que paso, muchas veces elijo deliberadamente su entorno para detenerme a comer, o a contemplarla. Es tal su mimetismo con el lugar donde fue construida que si pasas por el camino que va a la collada ni si quiera eres consciente de que se encuentra allí. La hermosa cabaña de Caldes.
Comentarios
Saludos.
Un fuerte abrazo, Carlos!!
Saludos y feliz fin de semana.
Ramón
Un abrazo,Carlos.