EL GORRION
Amaneció
cansado.
Más encorvado
aún, el pico fuerte.
Sufría en el
camino
su diminuta sombra
cenicienta.
Cavó él mismo un
sencillo
hoyo para su cuerpo, y
se dejó caer,
sin fuerzas, dentro ...
Entonces, las piadosas
manos del viento
cogieron unos cuantos
pañuelos verdes
de los eucaliptus
y cubrieron
el arpa, ya sin
notas,
de su cuerpo ...
Julio J. Casal
Comentarios
Bellísima foto. Y bellísima canción.
Un saludo